Resolución 12186 de 1991

El Agua Tratada es el producto líquido que se obtiene al someter el agua de cualquier sistema de abas- tecimiento a los tratamientos físicos y químicos necesarios para su purificación, es decir, para eliminar los principales contaminantes y microorganismos que contiene.

El agua envasada o embotellada es el agua potable envasada en botellas individuales o agrupadas en paquetes de consumo en distintas capacidades o tamaños y que se pone a la venta al por menor o mayor, con un estándar de calidad promedio medio-alto ya sea en temperatura ambiente o fría.

La calidad del agua es el concepto que determina el conjunto de las características químicas, físicas y biológicas del agua, dependiendo del uso que se le vaya a dar. Para determinarla, se miden y analizan ciertos elementos, como, la temperatura, el contenido mineral disuelto en ella y la cantidad de bacterias que tiene.

Si habría que escoger entre el Agua hervida o embotellada, ambas son una excelente opción. Si no se tiene agua embotellada, debe hervirse el agua para hacerla segura para su consumo, pues es un método muy eficaz para matar los organismos causantes de enfermedades.

El agua embotellada funciona a través de unos procesos de purificación del agua, como la Ósmosis inversa, la Desionización y la Destilación. La Ósmosis inversa es el más utilizado por su eficiencia energética, menor costo y mayor rendimiento y consiste en un proceso mediante el cual se purifica una muestra de agua eliminando las partículas en suspensión y haciéndola pasar a través de unas membranas semipermeables. La Desionización (o desmineralización) elimina el total de sólidos disueltos del agua mediante el intercambio iónico, y la Destilación consiste en calentar un líquido hasta que sus componentes más volátiles pasen a fase vapor y, posteriormente, enfriar el vapor hasta recuperar estos componentes en forma líquida mediante un proceso de condensación.

Para cualquier proceso que se escoja, el agua embotellada, se envasa en botellas individuales o agrupadas en paquetes de consumo en distintas capacidades o tamaños y se comercializa al por menor o al por mayor.

El agua de buena calidad debe tener, entre otras, las siguientes características: ser limpia, incolora, transparente, segura y no presentar ningún riesgo para el consumidor.

La calidad del agua con base en su química es aquella que se hace, gracias a diferentes tipos de pruebas (Cintas reactivas, Kits de discos de colores, Instrumentos digitales portátiles) y análisis disponibles, se pueden detectar muchos químicos en el agua (Aluminio, Mercurio, Plomo, Hierro, Fluoruro, Cobre, Cloruro, Sulfatos, Nitratos) que nos da buenas ideas acerca de su calidad química.

No es conveniente tomar agua hervida porque al hervirse se destruyen microorganismos, pero no elimina las impurezas y metales pesados, que también contiene, al pasar por las tuberías, por lo que se van acumulando sustancias potencialmente peligrosas para la salud.

Si no hay agua embotellada disponible, una buena opción es hervirla durante un minuto aproximadamente y tomarla de vez en cuando. Si se toma todos los días, simplemente, calma la sed, pero no aporta casi nutrientes y puede ser potencialmente peligrosa para la salud por las impurezas y metales pesados que no son eliminados.

Hay diferentes tipos de agua: agua del grifo, agua embotellada, agua destilada, agua de hidrógeno, agua hervida, agua alcalina, pero el tipo de agua más saludable es, técnicamente, la de hidrógeno, debido a los beneficios potenciales para la salud de los antioxidantes que contiene.

Generalmente, la gente prefiere el agua embotellada porque es purificada, portátil, se puede comprar fácil y es muy conveniente para la sed. La mineral es la mejor opción.

Siendo que el agua es un recurso que se obtiene de manera natural, se vende porque desde hace años se comprobó que el agua de los grifos provocaba enfermedades y se empezaron a aprovechar los beneficios del agua mineral; además, contribuyó el invento del vidrio moldeado. Todo esto la ha convertido en un negocio tan grande que ha superado, incluso, a la industria de los refrescos.

Para que el agua potable tenga calidad, debe contener un pH aceptable, el cual varía entre 6.5 a 8.5 como valor guía. Para las aguas de consumo humano, los valores extremos pueden causar irritación en las mucosas, irritación en órganos internos y hasta procesos de ulceración.

La calidad del agua potable es un estado de ésta, caracterizado por su composición físico-química y biológica. Este estado deberá permitir su empleo sin causar daño, para lo cual deberá reunir dos características:

1. No contener sustancias y microorganismos peligrosos para los consumidores.
2. No contener sustancias desagradables para el consumo que generen: turbiedad, mal olor, mal sabor.

Son varios los factores que determinan la calidad del agua. Por ejemplo, factores bacteriológicos: contaminantes como Clostridios, Escherichia coli, Estreptococos. Factores físico-químicos, tales como pH y conductividad, cantidad de sales, la presencia de fertilizantes, el olor, color, sabor, turbidez. Factores Biológicos relacionados con la presencia de carbón orgánico en suspensión.